Fiesta con Sabor Amargo

“Para ser campeón hoy hay que ganar” se entonaba eufóricamente en las tribunas del Gran Parque Central, pero el partido culminó sin emociones. Fue 0-0 ante São Paulo, en un choque de gigantes sudamericanos por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.

A la serie le restan 90 minutos por jugar, y ni más ni menos que en el mítico Morumbi de Brasil. Sin embargo, la Libertadores se disputa paso a paso, y Nacional no pudo cumplir con uno muy importante: hacer valer la localía. Ahora deberá viajar a territorio brasileño obligado a ganar, o de mínima, conseguir un empate para forzar los penales.

En cuanto a lo futbolístico, el partido fue discreto. El Bolso se respaldó en su gente para intentar imponer condiciones, y si bien fueron escasas las jugadas claras, apostó por un juego vertiginoso, con más ganas e intensidad que claridad, pero que por momentos le alcanzó para superar la pasividad del equipo de Luis Zubeldía, que estuvo aferrado a la vuelta en Brasil. Desde el minuto 70 el juego fue otro, y Nacional entró en la sintonía que buscaba su rival: que el partido no se jugase con ritmo. Un 0-0 con sabor amargo. Lo que está claro es que -en la teoría- São Paulo mostrará una imagen mucho más agresiva en el duelo de revancha.

A Nacional le urge estar entre los ocho mejores de América, ya que desde el 2020 que no lo consigue. Además, significaría un gran paso de cara al objetivo de clasificarse al Mundial de Clubes 2025. Todo se define el próximo jueves a las 19, en el Morumbi.

Lucas Huerga

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